viernes, 3 de mayo de 2013

Entrevista a Carlos Lancioni





CARLOS LANCIONI tiene 65 años y, además de ser abogado, se desempeña como presidente de la Agrupación Tradicional, una de las más antiguas y emblemáticas dentro del mundo River.
Para hacer un River Plate Monumental, cada socio debe hacer un socio más”, con esta leyenda se dio inicio en 1936 a la Agrupación Tradicional. Un año antes, José Julio Degrossi asumía por primera vez como presidente del Club Atlético River Plate. En sólo dos años se alzaría el estadio más imponente de Sudamérica: nuestro querido Monumental. “Se construyó sin sponsors ni papás con dinero. Se hizo con el esfuerzo colectivo del socio riverplatense. Eso es La Tradicional”, comienza Lancioni.


Eran tiempos en los que todos aportaban su granito de arena por el bien de River, desde los materiales de construcción hasta las ideas para seguir creciendo. River comenzó siendo el más grande porque hubo grandes hombres que dieron todo por el club, gente normal que se unió con un objetivo en común.
Carlos Lancioni habla de su infancia y de sus comienzos en el mundo riverplatense. Lo acompañan Juan Ignacio Ciminari, secretario de La Tradicional y referente de Jóvenes de River, y Noelia Florentin, fundadora de la agrupación Damas x River.

¿Cómo comienza la historia de Carlos Lancioni dentro del mundo River?
Mi viejo me hizo socio de River en 1954. Como él era bancario y trabajaba los sábados a la mañana, había veces que le hinchaba a mi mamá para que me llevara a la cancha. Terminábamos en la tribuna de mujeres, que estaba en la Centenario Media, pegada a la San Martín. Después comenzamos a ir con mi hermano a hacer vida de club. Aproximadamente en 1977 comencé a formar parte de La Tradicional.

¿Cree que River ha perdido su identidad?
Antes mi viejo me llevaba a las reuniones de comisión directiva que se realizaban en la calle Suipacha. En esa época los dirigentes eran tipos con convicciones, de golpear la mesa y discutir. Pero después se iban todos juntos a comer al Palacio de la Papa Frita. Ahora los políticos entran por la ventana y callan muchas cosas. Hoy, en lugar de hacer una crítica frontal, domina la crítica de pasillo. River tenía un paladar negro futbolístico que nació desde un paladar negro institucional, y eso fue lo que se perdió. Los dirigentes tenían otros valores y otras formas de trabajar. El problema en River es el arraigo de esa nueva “cultura del aguante” y una pérdida de memoria colectiva muy importante.

¿Considera que River ha descuidado su histórico semillero?
Hoy contamos con uno de los semilleros más importantes del fútbol. Uno de los aciertos de Aguilar fue haber repatriado a Gabriel Rodríguez, quien trabajó en la formación y estableció un convenio con Parque Chas (club que vio nacer a Javier Saviola, entre otros). Pero, además del gran semillero futbolístico, River contaba con un gran semillero dirigencial. Al contratar jugadores de afuera se le quita oportunidades a los chicos surgidos de las inferiores del club. Lo mismo sucede cuando se elige dirigentes que vienen de afuera: se le quita oportunidades a los que venimos formándonos en el ámbito político de River hace tanto tiempo. En La Tradicional, y en muchas otras agrupaciones, hay personas muy valiosas que van a hacerle mucho bien al club, pero lamentablemente se ven tapados por los que aparecen de la noche a la mañana.

¿Por qué hay clubes que han tomado más protagonismo que los denominados “cinco grandes”?
A diferencia de los presidentes de los llamados “cinco grandes”, los presidentes de Vélez y Lanús, por ejemplo, no son mediáticos. Cuando haces las cosas para la cámara el resultado no es bueno. Hay que dar prioridad al trabajo y a la seriedad. Las asociaciones civiles y deportivas no son manejadas por un presidente, sino por comisiones directivas. El voto de cada uno de sus miembros tiene el mismo valor. Si los nombres se mantienen en las distintas gestiones, las cosas no cambian nunca. Los clubes más pequeños siguen creciendo socialmente y son deportivamente ejemplares.

¿Cómo repercute en River la pérdida de protagonismo a nivel internacional?
Debemos recuperar el prestigio internacional que hemos perdido. La pérdida de roce internacional también afecta al club de manera económica. River debería aprovechar el lazo establecido con países como Colombia por jugadores como Falcao, Ángel, Yepes y ahora Balanta y la relación con clubes como Millonarios. La marca River Plate debe ser relanzada al exterior. Debemos volver a tener giras por Europa y abrir mercados en países emergentes.

¿Cuáles cree que son las principales causas que llevaron a River a descender de categoría?
Lo que sucedió era la crónica de una muerte anunciada. Nosotros denunciábamos en las reuniones de comisión todos los agujeros financieros y los errores de administración. Durante la primera gestión de Aguilar, todos hacían fila para besarle el anillo. River no se va al descenso en el 2011, veníamos en caída libre desde mucho antes. Lo mínimo que tendría que haber hecho River es intentar que se modifiquen los descensos. Los torneos cortos marcaron una decadencia en el fútbol argentino que también repercutió en la Selección. Los planteles quedan desmantelados cada seis meses por necesidades económicas. Nosotros le acercamos un proyecto a Passarella apenas asumió. En la AFA no estuvo mal visto, pero el que terminó diciendo que no fue él. Hay malas decisiones que sólo pueden ser tomadas a propósito, no hay otra explicación. La dramatización en el fútbol paraliza jugadores, entrenadores y dirigentes. Eso fue lo que le pasó a River. Pero en la vida hay que entender que lo que para algunos es un drama, para otros es un negocio. Uno de los principales culpables de lo que pasa es el socio, porque es quien instaló esta cultura marketinera del “aguante”. Lamentablemente nos hemos “bosterizado” al hacer hincapié en la cantidad más que en la calidad. Dicen que cada país tiene el gobierno que se merece, por eso creo que el socio de River debe reflexionar y recuperar la memoria.

¿Qué piensa del trabajo de Matías Almeyda y de la vuelta de Ramón Díaz?
Passarella sabía que nos íbamos al descenso y necesitaba una figura querida por los hinchas. Lo que no voy a perdonarle nunca al Pelado es la quinta amarilla en el partido de ida contra Belgrano. Él era el capitán, el líder del equipo. Pero la decisión de que se convirtiera en técnico ya estaba tomada hacía mucho. Passarella toma personas que están atravesando situaciones inestables emocionalmente, fue lo que hizo con Almeyda y también con J.J. López. La vuelta de Ramón Díaz fue una jugada política, pero eso no quita que Ramón siempre va a ser Ramón.

Una de las cosas que más molestan al socio actualmente es el canje. ¿Cree que hay alguna manera de evitarlo?
El canje es un invento de esta comisión directiva. La gestión de Aguilar inventó en canje para los Superclásicos, que era un gran negocio para algunos directivos. Es algo que favorece a la reventa y a los aparatos protocolares. River no tiene los socios que se dice, y en cada partido sobran entradas que son destinadas a paquetes turísticos. Los directivos y las agrupaciones mueven muchas entradas de favor, y hay muchos que no se sientan en una computadora a apretar F5. El socio se somete a esta especie de esclavitud que incluso separa familias dentro de la cancha.

¿Cuáles deben ser los principales aspectos a tener en cuenta por la próxima dirigencia?
Una gestión transparente debe tener todo online para que el socio lo vea: balances, presupuestos, actos de asamblea. En el padrón del año 2009 figuraban alrededor de 35.000 socios habilitados para votar, y unos días antes de las elecciones apareció un padrón adicional con 50.000 socios más que nadie sabe de dónde salieron. El registro de socios y la situación de cada uno de ellos debería estar en el sitio web de River para que todos lo vean. Por eso, la transparencia es algo imprescindible. También queremos establecer espacios políticos de debate permanente y llevar a la comisión directiva a personas que no hayan formado parte de las dos últimas gestiones. Además, que los integrantes de las listas sean seleccionados por los socios en elecciones primarias para incentivar su participación.

¿Qué rol cree que deben cumplir los grandes ídolos dentro de River?
Los ídolos de River no tendrían que estar metidos en la política del club. Eso habla mal del candidato, habla de una ausencia de autoestima. River tiene hinchas desparramados por todo el país. Debería federalizar la formación de sus inferiores y tener sedes en toda la Argentina que también cumplan una función social. Las grandes glorias de nuestra historia podrían tomar un rol protagónico en ese proyecto. No hay que esperar que vengan los jugadores, sino que hay que ir a buscarlos.

¿Qué opina sobre la violencia en el fútbol y el problema de los barras bravas?
Con ese tema deben tomarse decisiones políticas fuertes, levantar una bandera clara y no especular. Hay que fijar una posición: tolerancia cero a la corrupción. Obviamente con esto no vas a ganarte la amistad de ningún barrabrava, pero estaríamos estableciendo un límite. También está claro que es un tema que supera a lo que es River, pero si desde el club se establece ese límite, el que queda en evidencia es el Estado. Por supuesto que también hay una responsabilidad de las autoridades públicas, pero puertas adentro es responsabilidad de River. No existe un solo dirigente que no sepa sobre los negocios que se mantienen con la barrabrava.



¿Considera que River ha perdido peso dentro de la AFA?
River ha recuperado el voto dentro de la AFA, algo que habíamos perdido cuando descendimos. El problema es que en este momento el club está siendo representado por gente con falta de información y de humildad. River históricamente ha tenido la vicepresidencia de la AFA, algo que hemos perdido por dejar de asistir a las reuniones durante la última gestión. Passarella nunca concurrió a ejercer sus funciones como vicepresidente primero de la AFA y es por eso que River perdió ese cargo. Para colmo, luego vino el episodio de la pelea con Grondona para exigirle la renuncia. Él no fue a buscar una actitud política, sino que fue a confrontar. Uno de los objetivos para la próxima dirigencia es recuperar ese puesto y poner a River en un lugar de protagonismo. También hay que empezar a componer la relación con otros clubes, porque fueron muchas las situaciones en que River se cortó solo.


¿Considera posible una reforma en la estructura del Monumental?
Primero hay que arreglar las cosas que son prioridad, obras de mantenimiento que no son tan caras: las filtraciones del anillo, los baños, los vestuarios. Prometer obras faraónicas no tiene sentido. La modificación del estadio me choca un poco, quizás porque corrí en esa pista de Atletismo y la idea de sacarla no me gusta. Sí se pueden hacer algunos arreglos y buscar nuevos lugares para publicidad, como por ejemplo los asientos. Pero antes que nada hay que equilibrar algunos números. Hay cosas que se pueden hacer apelando al esfuerzo adicional de los socios, así fue como se construyó el Monumental y la pileta cubierta, entre otras cosas. Podemos volver a las raíces y a los valores con los que comenzamos a ser River Plate.

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