Por @MELIKLATE
“Mi papá me contagió la pasión por
River y la pelota, pero murió antes de que debutara en Primera”. Esta es la gran
tristeza y el mayor lamento que tiene Ramón Ángel Díaz en su vida o, quizás, el
mayor reproche que le haga a Dios todos los días.
Su
padre, Ramón Bertolo, falleció a causa del mal de Chagas un año antes
al debut de su hijo, de por entonces 21 años, que debido a sus cualidades, ya se vislumbraba que iba a quedar en la historia y en el corazón del club Millonario. El día soñado fue el 13 de agosto de 1978. El Pelado -como
lo llamaba su tío desde chiquito por falta de cabello en la cabeza- vestía la
tan ansiada casaca del club de sus amores contra Colón, en cancha de Huracán.
La
vida se encargó de no allanarle el camino al oriundo de La Rioja. Esa coraza y
fortaleza con la que se lo observa a
diario es fruto del pasado. Su único y gran objetivo era proteger a su madre Nélida Molian de Díaz -La Juani , como le decían los más allegados-. No iba a permitir que su
madre pasara hambre y nostalgia por la
tan repentina muerte de Don Ramón, por eso la trajo a Buenos Aires a vivir con
él.
Pícaro
desde pequeño, se escondía debajo de la mesa para escuchar los partidos de
River por la radio eléctrica de la cocina de su tía donde vivía. Contó alguna
vez que ella no lo dejaba escucharlos porque la euforia controlaba su cuerpo en
esos 90 minutos de juego.
Dos
semanas antes de cumplir 16 años pudo gritar por primera vez “River campeón”, con aquel legendario
gol de Rubén Norberto Bruno a Argentinos Juniors en cancha de Vélez el 14 de agosto
de 1975. Ramón fue uno de los 55.000 hinchas que coparon el Amalfitani, obviamente, escapándose de su tía.
Con
ese egocentrismo que tanto lo describe llegó a coronarse campeón no solamente en River, sino también en
Francia, Italia y con el seleccionado juvenil, formando una temida dupla ofensiva junto a Diego Maradona.
Colgó
los botines sin mucho convencimiento. No estaba de acuerdo con que el amor entre
River y él se terminara o, al menos, él no quería que fuera de esa manera. Se iba de la cancha con la
ilusión de regresar y ubicarse detrás de la línea de cal para seguir defendiendo a esa banda roja que
le cruza el corazón. El Pelado se encuentra cumpliendo su tercer ciclo como entrenador del conjunto de Núñez. Es evidente que el amor para toda la vida sí existe. Y Ramón cumplió su objetivo en la
vida: a La Juani jamás le faltó nada.
Un día como hoy pero de 1978 debutaba en la Primera de River Ramón Ángel Díaz. El Técnico era Ángel Labruna, quien luego lo definiría de la siguiente manera: “A Ramón Díaz lo voy llevando de a poco. ¡No, qué va a ser el sucesor de Luque ni de Alonso! Ese chico es el sucesor de Labruna! ¿No vieron cómo define?”. El Pelado ganó 5 títulos como jugador y 7 como entrenador, incluyendo una Copa Libertadores. Jugó 175 partidos con la banda y gritó 84 goles.
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