lunes, 10 de febrero de 2014

Un buen comienzo





River venció a Gimnasia por 1-0 con gol de Leonardo Ponzio y arrancó el Torneo Final 2014 con una sonrisa.

Este sí es el equipo de Ramón. Un River recargado, con un cambio de mentalidad y de actitud, que plasmó dentro de la cancha todo lo que había insinuado durante el verano. El Millonario fue muy superior al Lobo platense, rival difícil en la previa, pero que poco demostró durante los noventa minutos de juego.

River fue el único que intentó ganar el partido. Manejó la pelota y dominó el encuentro con claridad, algo que quizás no se vio del todo reflejado en el marcador. El Millo mereció más por todo lo que generó en ofensiva y la seguridad que mostró en todas sus líneas.

Volvió el equilibrio en la mitad de la cancha, con un Kranevitter impecable para cortar y criterioso para distribuir, sumado a un Ponzio que sigue en busca de su nivel pero, aún así, se dio el gusto de anotar un golazo desde afuera del área. Lanzini, aún con intermitencias, le brinda al equipo gran verticalidad y algunos lujos. Teo aporta calidad y se asocia de manera ideal con Cavenaghi. Juntos devolvieron al equipo todas esas chances de gol que se habían esfumado el campeonato pasado.

Se afianza de a poco la línea de tres defensores, con grandes actuaciones de Maidana y Mercado, sumados a un Balanta siempre aguerrido, pero que aún necesita tomarle los tiempos al nuevo sistema. Por los costados, Vangioni y Solari, sin brillar pero correctos. Y en el arco un Barovero que, aún sin mucho trabajo, siempre brinda seguridad y confianza en el fondo.

En un fútbol tacaño y especulativo, se agradece la sana intención de jugar y cuidar la pelota, de buscar siempre el arco contrario y hacer ancho el campo de juego. La dificultad aparece cuando el rival se atrinchera en defensa y sólo apuesta a algún contragolpe aislado. Y es precisamente en ese momento cuando debe aparecer la paciencia, dentro y fuera de la cancha.

Se respiran nuevos aires en River. Es una idea que se comienza a gestar para lograr el cambio. Cambio que debemos sostener entre todos desde el lugar que nos toca. Se festeja la vuelta de Cavenaghi a casa, si. Pero lo que más se festeja es que la actitud y la identidad hayan reaparecido por Núñez. Los jugadores ya no le huyen a la pelota ni deambulan por el césped. Este es un River distinto. Habrá que seguir trabajando con inteligencia y sacrificio para seguir por este camino.





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