sábado, 19 de octubre de 2013

¡Chau torneo!

River volvió a jugar mal, perdió 1-0 en su visita a Rosario y se despidió rápidamente del Torneo Inicial.

Todo el mundo riverplatense sabía que el equipo se jugaba su última carta contra Newell's pero, lejos de revertir la pálida imagen del superclásico, los dirigidos por Ramón Díaz volvieron a hacer agua.

Que el Millonario podía perder en el Parque de la Independencia era tan cierto como posible. Sin embargo, se esperaba que los jugadores suplieran la falta de ideas futbolísticas con una cuota de entrega y actitud que nunca apareció. 

La Lepra desplegó buen fútbol -aún con la notable baja de su figura Maxi Rodrígez, convocado a la Selección Argentina- y se mostró superior durante todo el encuentro. A pesar de eso, la diferencia en el marcador recién llegó a falta de pocos minutos para el final, cuando el arquero Barovero trastabilló por culpa del césped mojado y permitió que Víctor López marque el tanto de la victoria.

En un partido que se detuvo 25 minutos por fallas en la iluminación, el conjunto de Núñez no contó con juego asociado ni con buenas actuaciones individuales. Quizás lo más sobresaliente fue el debutante Federico Vega, quien aprobó en su presentación ante el líder del certamen. El juvenil -que ingresó para reemplazar a Gabriel Mercado, convocado por Sabella- se proyectó con criterio, no se complicó en las salidas y cortó algunos avances peligrosos del rival.

Dejando a un lado el deplorable rendimiento del equipo, y como ya es costumbre, se sumó una nueva polémica con respecto al arbitraje. Sobre el final del partido, Andrada picó en diagonal y, cuando iba a definir frente al arquero, recibió una falta de atrás por parte de Heinze -claro penal- que no fue cobrada por Pompei. El mismo árbitro ya había perjudicado a River hace algunas fechas cuando convalidó un claro gol en offside que significó el empate de Furch para Arsenal. ¿Hasta cuándo?

El pésimo presente del equipo no tiene una sola razón de ser. A la falta de agresividad en ataque -contra Newell's no pateó al arco- se suman las dudas en defensa, la equivocación en los planteos tácticos, el pobre nivel de algunos futbolistas y la falta de juego individual y colectivo. Un River completamente previsible y apático, sin orgullo propio ni hambre de gloria. Un plantel en donde la mayoría de los jugadores siguen quebrando el lazo que los une a su gente: los errores pueden entenderse, pero la actitud no se negocia.

Es difícil de asimilar que un gigante como River deba despedirse del campeonato apenas disputadas la mitad de las fechas. Pero la realidad marca que el conjunto de Núñez está atravesando una crisis de la que no será fácil salir. La mentalidad y la predisposición son las principales variables a tener en cuenta para levantar cabeza el próximo partido contra Belgrano en el Monumental. Y por supuesto: pasar la fase de cuartos de final de la Sudamericana contra Lanús. Es una necesidad transformada en obligación.





ELECCIONES EL 15 DE DICIEMBRE
Luego de un largo debate entre oficialistas y opositores, se decidió que las próximas elecciones tengan lugar el domingo 15 de diciembre. También se determinó que el 20 de noviembre será el cierre de las listas y, de esta manera, se pone en marcha el último tramo de la campaña.


NUEVA CAMISETA
Contra Belgrano, River estrenará la nueva camiseta alternativa correspondiente a la temporada 2013-2014. En la nueva indumentaria suplente predomina el rojo y las mangas son de color blanco. Ya se encuentra a la venta en todos los locales Adidas del país.


CAMBIOS EN LA SUDAMERICANA

El partido de vuelta con Lanús, que estaba programado para el miércoles 6 de noviembre en el Monumental, se pasó para el jueves 7. El encuentro de ida se mantiene el miércoles 30 de octubre en el sur.

domingo, 13 de octubre de 2013

Desilusión superclásica

Los hinchas esperaban este partido desde que se sorteó el fixture del Torneo Inicial 2013 y lo demostraron en el estadio. A pesar de lo costoso que fue el canje para los socios – estuvieron horas frente a la computadora para lograr conseguir su ticket – y lo caras que estaban para los no socios, las entradas se agotaron rápidamente.

            Llegó la hora, se abrieron las puertas del estadio alrededor de las 15hs y la cancha comenzó a llenarse. El ambiente era el mejor: alegría, nervios, esperanza más allá de que el equipo no termina de convencer.

La ilusión se renueva cada partido y el triunfo ante Lanús con un buen primer tiempo y aceptable segundo invitaba a soñar. River debia demostrase a si mismo que podía meterse verdaderamente en la pelea, que puede jugar con la presión y hacerse fuerte en las difíciles.

Era raro no ver gente visitante, ese duelo de hinchadas forma parte un folclore que hace más atractivo al espectáculo.  Sin embargo, la gente de River aprovechó la ausencia del los simpatizantes de boca y se llenó el estadio en su totalidad – sin tener en cuenta el codo de la centenario que estaba inhabilitado- , no entraba un alfiler.

Faltaba un poco más de media hora para que se dé el puntapié inicial del partido más esperado del semestre. Los arqueros salen a calentar, para Orión fueron todos silbidos, para Barovero todos aplausos y de las tribunas bajó el conoció: “para trapito la selección”.

El reloj marca las 18hs, los jugadores escuchan la charla de Ramón, las tribunas se preparan para un nuevo recibimiento. Globos, papelitos, y el corazón en la mano esperando que River aparezca en el verde césped. Ledesma encabeza la salida, todos funden sus voces entonando “River, mi buen amigo, esta campaña volveremo´ a estar contigo…”.

Andrada y Teo se paran frente a la pelota. Delfino pita y comienza un nuevo superclásico. Los primeros quince minutos fueron pura presión por parte del millonario. Sin embargo, la primera jugada clara de gol estuvo en el pie zurdo de Juan Sánchez Miño.

River dominó el juego y pudo haber lastimado desde el arranque, pero no lo hizo: sobre todo por impericia propia y un poco porque Orión estaba en su día. Boca aprovechaba la contra y llegaba a fondo, Barovero salvó dos veces el arco en una misma jugada.

Llegó el minuto 22´ y el partido cambió. De una falta que no era tal, o que al menos daba lugar a la duda llegó la pelota para Martínez, quién desbordó a Vangioni y envió un centro rastrón que conectó Gigliotti anticipando a Maidana y terminó dentro del arco que defiende Barovero. 0-1 y a llorar a la iglesia.

River no estaba jugando mal, pero sus dos principales falencias quedaron en evidencia. Lo que le cuesta convertir por un lado y lo fácil que meten goles. Trapito hace lo que puede, tapa pelotas imposibles, pero la defensa pocas veces lo acompaña.

El medio campo no existía, Ledesma estaba muy sólo en la recuperación y a Carbonero y Rojas parecía pesarle y mucho el partido. Teo bajó, las pidió todas, tocó, jugó, asistió, pero nadie lo acompañó correctamente. Lanzini comenzó con todo y se fue cayendo con el correr de los minutos. Andrada no estaba en su tarde, trató, peleó, luchó pero no le salió nada, tuvo un cabezazo que se fue por arriba del travesaño y una jugada que si terminaba en gol era para un cuadrito.

Los minutos pasaron y antes que terminara el primer tiempo se lesionó Maidana, en un cruce le tiró el aductor. Balanta, aún si tener su mejor partido estaba por todos lados. Mercado siguió demostrando que está en una franca levantada en su nivel. Vangioni muy contenido por la presencia de Martínez, fue amonestado rápidamente y no pesó en el partido durante la primera mitad.

Llegó el complemento, cambio de lado, de las tribunas bajó más aliento: “señores, yo soy del gallinero” se escuchó a más no poder. Por el alto parlante Enso anunció que ingresó Ponzio en lugar del lesionado Maidana. Mercado pasó a jugar de central, donde culminó un correcto encuentro.

La primer jugada clara del segundo tiempo surgió tras un corner desde la derecha que Balanta encontró la pelota y la bajó para que Ponzio rematase al arco, la pelota al palo. Luego, una linda jugada que concluyó con un centro atrás y Lanzini conectó bien pero se encontró con los guantes del arquero xeneixe. En seguida el equipo de la rivera respondió con un derechazo al palo de Martínez, la única que tuvo en los últimos 45 minutos.

A los 11’ Ramón dispuso la segunda variante, ingresó Mora en lugar de Andrada, quien se retiró aplaudido. Por los antecedentes, la presencia del uruguayo en cancha alimentaba la ilusión de que el gol llegara.

El complemento entró en un bache donde no se producían llegadas para ninguno de los dos. El riojano volvió a mover el banco y cómo último cambio entró Osmar Ferreyra y salió Ariel Rojas.  Nada cambió en cuanto al juego, el millonario tenia la pelota pero no generó peligro, hasta que  en el minuto 38 Vangioni pudo soltarse, llegó al fondo y tiró un centro a la cabeza de Mora, quién anticipó a su marcador y su cabezazo se estrelló en el palo izquierdo de Orión. La pelota claramente no quiso entrar.

Todavía quedaba una más para River, en la cabeza de Teo. Lamentablemente su cabezazo encontró las manos del “1” xeneixe. Pitazo final de Delfino y la desilusión se apoderó de todos los hinchas que coparon el estadio esperando que el equipo les diera una alegría.

Hay mucho que mejorar, es momento de hacer autocrítica, de mirar para adentro, de laburar y seguir puliendo esa idea de juego que todavía no es clara. La derrota duele y mucho. La banda venia de un triunfazo en el sur y volvió a tropezar con la misma piedra de su irregularidad.

La gente aún masticando bronca, siguió demostrando su amor incondicional. Estaba todo dado para que fuera él día para los hinchas de River, sin embagro, los jugadores volvieron a decepcionar. Otra vez hablaron mucho y demostraron poco. Algunos parecieron no entender lo que se jugaban, lo importante que era ganar este partido.


 Cada hincha se retiró triste principalmente por el resultado y también porque desde lo futbolístico no hubo nada positivo, pero lo que sigue intacto es el orgullo de llevar la banda roja que cruza el alma. “Soy de River, soy de River, yo soy”, con este himno que sale del corazón se retiró todo el público del monumental.