En 1936, debido a la
abrupta baja en la venta de entradas de los dos años anteriores, se intentó una
reestructuración: la disputa de dos torneos independientes de una sola rueda.
La primera de esas
competencias se denominó Copa de Honor y fue ganada por San Lorenzo con 28
unidades. River cumplió una actuación irregular –fue sexto, con 21 puntos-,
pero vivió una gran jornada el 19 de abril: le ganó por primera vez a Boca como
visitante en el profesionalismo (3-2 con dos goles de Bernabé y uno de
Peucelle) y después de 17 años de no hacerlo en esa condición. A su vez, Moreno
y Pedernera se consolidaron poco a poco como titulares.
La dupla de juveniles
se afianzó por completo en la Copa Campeonato –el segundo de los torneos- y
rápidamente fue calificada como una eficaz sociedad: Moreno de insider
izquierdo (número 10) y Pedernera de wing de ese mismo lado (11). El equipo
mejoró enormemente con un elevado rendimiento de la línea media –definitivamente
integrada por Santamaría, Minella y Wergifker- y de la delantera: Peucelle,
Castillo, Bernabé, Moreno y Pedernera. River logró el certamen con 28 puntos,
cuatro más que su escolta San Lorenzo.
Entre los dos
ganadores, entonces, se dirimió quién era el campeón del año en un partido
final por la Copa de Oro. Y allí, en la cancha de Independiente, River
estableció claramente las diferencias: venció a San Lorenzo por 4 a 2 y se
adueñó de la segunda conquista en el ciclo rentado.
El gran equipo que se
vislumbró en el ’36 surgió con todo su esplendor en la temporada siguiente. El
fútbol volvió a su sistema tradicional de campeonato (todos contra todos en dos
ruedas) y River mantuvo su política de promover jugadores de las divisiones
menores.
Extracto del libro “River Plate,
el campeón del siglo”.
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